"Las palabras hieren". Así de simple, así de duro. Es el título del artículo de Elvira Lindo sobre las críticas a la presentadora, historiadora e investigadora Mary Beard. Como mucha gente imaginará esas críticas, lejos de hacerlas de forma constructiva y hacia su labor, se hacen hacia su físico o su condición de mujer (¡cuánto intelecto!). Y si, efectivamente las palabras hieren y de qué manera. No importa la edad, el género, el país,... Cuando alguien quiere ofender y hacer daño lo hace con la palabra, un don en manos de quien sabe manejarlo, pero un arma prácticamente letal en manos de aquellas personas que lo utilizan con el único propósito de hacer daño. A raíz de eso, me permito la licencia de compartir una letra que escribí hace unos meses para una agrupación de carnaval. En Andalucía la fiesta de carnaval es todo un evento, y hay agrupaciones que aprovechan la oportunidad para denunciar, criticar, lanzar letras poéticas,... Os pongo en situación. Esta letra es un pasodoble para una comparsa cuyo tipo (el tipo es el disfraz o el personaje que una agrupación interpreta) era el de "Los Charlatanes". Dicho personaje se basa en aquel que utiliza su palabra con el único fin del beneficio propio: embaucadores, vendedores de cualquier cosa, personas sin dignidad,... Con dicho personaje aprovechamos la idea para hablar de los cientos de charlatanes que nos rodean en nuestro día a día: políticos, prensa, personas de nuestra vida diaria... La letra que comparto habla precisamente del poder de la palabra, el bueno cuando se utiliza con buen fin, el inocente pronunciado en labios de un niño o niña, o el malo, el del charlatán que quiere su bien a toda costa. Os dejo la imagen con dicha letra:
Tras este pequeño paréntesis (ruego disculpen mi atrevimiento), vuelvo al hilo de la reflexión. Al inicio del post, he creado una imagen con una nube de palabras, con duales aparentes, esas palabras que tienen un significado muy diferente simplemente cambiando el género de la misma. El hombrezuelo valiente, ese atrevido, el gallo del corral, un tipo hecho y derecho, todo un tigre en la vida...Lejos de esa mujerzuela, la señorita alegre, atrevida, una tipa golfa, la bruja desenfadada,... Cómo cambia el concepto con el simple hecho de cambiar una triste letra, ¿verdad?
Por supuesto que el lenguaje hiere, aunque muchas veces ni nos demos cuenta por ser algo que tenemos como "habitual". Reflexionemos, utilicemos el lenguaje correcto, definamos por igual a hombre y mujer, luchemos contra la imagen de la "mujer alegre" por el simple hecho de vivir su vida como le ha dado la gana, al igual que lo hace el "machito".
No hay comentarios:
Publicar un comentario